jueves, 25 de marzo de 2010

MI BARRIO (25)


Hay barrios que son de monumentos y de estatuas y de edificios y de rimbombos, pero mi barrio no. Mi barrio es de gente. En mi barrio no hay ni una sola estatua y ni un solo monumento. La patada al barro que son las Escuelas Pías no vale tampoco de monumento, dicho por todo el mundo. La gente de mi barrio es por horas y por poco que hacer. Hay una hora por la mañana en que la gente en la calle es todo de abuelas de luto a por la sopa de sobre y un cupón. A esa misma hora en los bares la gente es toda de parados. En mi barrio estar sin trabajo es un luto alegre que se lleva también con sopa de sobre pero al cupón lo cambian por una copa de castellana. Hay otra hora por la noche en que la gente en la calle es toda de fuera, a comprar una tolerancia o un porro, y la gente de mi barrio o les vende algo o les roba o les asusta dándoles una palmada flamenca por la espalda si los encuentran despistados por las calles más fieras. Las fieras de mi barrio casi siempre son dos borrachas enanas en la misma plaza con la bandera de España en la cara (una hepatitis y dos cirrosis) o una lesbiana que no aguanta que le digas ole.

EL PEÑAZO DE LA PRIMERA PIEDRA