lunes, 28 de enero de 2013

LA ALCALDESA DE BRASIL


Mis respetos desde Madrid, señora Rousseff. Le importa su gente. Le duele su país. Le afectan sus desgracias. El puesto de alcaldesa digna de Madrid está libre, señora. Cuando termine usted su trabajo en el ayuntamiento de Brasil, aquí la recibiríamos con los brazos abiertos. Nuestro más sentido pésame en estos momentos de dolor, decida lo que decida.

DOS BANDERAS


Madrid. Lavapiés. Calle Zurita. Día "laborable". Dos balcones enfrentados naturalmente. Con una de las banderas siempre podrás pensar que el fútbol tiene tirón en esa casa. Con la otra no. Tantos miles de muertos y tantas humillaciones para llegar a estos absurdos con sol, estos estupores en la ciudad más castigada por el fascismo tardío. Y esta íntima alegría por la banda de color disidente en el trapo desprestigiado. La guerra civil continúa en los paredones ensangrentados de los bancos, colega. Sin metáforas. Aunque los llamen mostradores.

MANOS A LA OBRA


1. Limpiado del solar patrio. Desratización de reptiles, fumigación de ratas, eliminación de jeringuillas de la época de la Transición y nivelación con Europa.
2. Cimentación del Estado de Derecho (zanjas en ángulo recto) con hormigón de fraguado rápido (Democracia concreta) y encofrado (sin tesoreros).

Hora del bocadillo (Convención de Ginebra)

3. Alzado de planta según plano (Constitución) y separación de poderes por espacios y habitaciones (cocina/poder legislativo, salón y dormitorios/poder ejecutivo, cuartos de baño/poder judicial, caseta del perro/cuarto poder).
4. Techo de deuda con claraboyas parlamentarias y chimenea de habemus leña.
5. Perforación de fosa séptica y aislamiento contra la corrupción.
6. Instalación de placas solares por acumulación de cabreo histórico.
7. Senderización electoral de la parcela y coloración de los gnomos de jardín (por partidos).
8. Señalización con barbacoas de las fosas comunes.
9. Buzón de entrada de correo electrónico en ladrillo visto.
10. Desprestigio de la primera línea de playa con gordas de yeso muerto e inauguración con cartel de bienvenida: "No hay más casa real que esta".

(Y un abrazo a Carlos Iglesias, un tío cumbre)