domingo, 19 de agosto de 2012

LET IT BE, DAVID, LET IT BE...

Te estoy hablando de Julián, David. Que lo tienes en Londres, pero en el Condado de Treviño que es la embajada de Ecuador. Y eso no es de tu comunidad de propietarios. De modo que déjalo estar, David. Déjalo. Te lo digo yo, pero seguro que también te lo ha dicho tu mujer, que es española y sabe de esto. A Franco, que era un fascista gay italiano, lo tuvimos refugiado en El Pardo cuarenta años y aquí no se le tocó un pelo. Haz tú lo mismo con Assange, hombre. Cuarenta años pasan rápido. Y si te dicen que el menú de la embajada es básicamente de ceviche de cameron, tú no hagas caso. Son coñas para ponerte nervioso. Le caes bien a la gente, tío. No la cagues. Bien sabemos que, de no estar tú, la cosa sería distinta. Con la Thatcher ya habrían entrado las tanquetas hasta el cuarto de baño. A esa perra siempre se le ha dado bien invadir territorios sudamericanos. Major o Blair también habrían mandado a los gurkas, ding dong, servicio de Telepizza. Tú a lo tuyo, majete, tu crisis, tus parados, tus soldadillos en Afganistán, en Irak, el rosbiff que odias, tus patatinas con pescado congelado, otra vez el té a las cinco y lo que me apetece es un rioja con un plato de jamón... Tus cosas, tío. Ni pienses en Assange y que les vayan dando a los norteamericanos, con las presiones y la chulería y los rencores... Let it be, David. Déjalo estar.