jueves, 22 de noviembre de 2012

AZNAR, EL MUTANTE

Pasó ya con Carlos II, el último de los Austrias. Los pintores de la época apenas lograron sacarle unas cuantas polaroids de delicado que estaba siempre. Carreño de Miranda y Herrera Barnuevo fueron básicamente los que tuvieron que vérselas con el colega en el photocall. Cuando lo pintaban como para comerle los hígados al enemigo (con todos los aperos de guerra) era para mondarse de risa porque ahí estaba el sin embargo de la cara, que era todo un poema de fealdad pacifista. Un reyezuelo que sólo pudo ponerse en pie a los seis años, la cabeza no le dio para aprender a leer hasta los diez, y que lució todas las degeneraciones extra de la endogamia, el fenómeno de la sangre azul aparte. Así pasó el pobre diablo a la historia con el sobrenombre de "El Hechizado". Que sí, que decían que lo habían hechizado de espantoso que iba creciendo, pero el niño en realidad lo que padecía era el Síndrome de Klinefelter: retraso mental, esterilidad, epilepsia, aspecto enucoide, testículos microscópicos... y tetas. Luego él, por su cuenta, se hizo adicto al chocolate, capricho que le destrozó, encima, los riñones. Un poema de rey, al que el embajador de Francia caló nada más nacer, chivateándoselo a Luis XIV: "El Príncipe parece bastante débil; muestra signos de degeneración; tiene flemones en las mejillas, la cabeza llena de costras y el cuello le supura. Asusta de feo”. De ahí hasta los apenas treinta años que pudo malvivir y dejando para los restos el parte de su autopsia, que no puede ser más forense: “No tenía el cadáver ni una gota de sangre; el corazón apareció del tamaño de un grano de pimienta; los pulmones, corroídos; los intestinos, putrefactos y gangrenados; un solo testículo, negro como el carbón, y la cabeza llena de agua”. Sus últimas palabras a la reina fueron: "Me duele todo". Pobrecillo. ¿Y a qué traigo esta digresión histórica al blog? Pues para que se comprenda mejor la mutación de Aznar I el Reaccionario nada más perder el gobierno y convertirse en Aznar II el Hechizado. Si no fuera una enfermedad genética, el Síndrome de Neo Klinefelter podría habérselo contagiado alguno del Think Tank neoliberal por esas universidades americanas con sacristía. A los síntomas me remito: adicto a las tabletas de chocolate (abdominales), con ataques epilépticos (¡Fue ETA, Fue ETA...!), esterilidad (el ecologismo es el nuevo comunismo), retraso mental (estamos trabajando en ellou...), microtestículos (el 15M es un grupo antisistema radical de izquierdas) y tetas (nadie va a romper España). Y en cuanto al aspecto enucoide, ya es famoso el lobby que ha creado para que le nombren "Miss Pelo Bonito", aunque sin mucho éxito... Lo que no me explico es que todavía no se haya celebrado a estas alturas un congreso médico internacional para tratar el caso de Aznar II el Hechizado. ¿A qué estamos esperando? ¿A que se nos muera con el corazón del tamaño de un grano de pimienta y la cabeza llena de laca Sunsilk? La palmará Honoris Causa entre aplausos de terror y no habremos sabido tratar su mutación. Morirá de Tea Party y asistiremos desolados a sus últimas palabras desde algún atril lejano y puede que hasta tejano: "Ana, me duele todo (todou)". Ingrato país, proclamo con Forges.