miércoles, 20 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (68º DÍA DE CUARENTENA)


Los alemanes están estudiando retrospectivamente a su paciente cero y su cadena de contagios. Ni se sabe las sesiones de videoclub que le llevan dedicadas poniéndoles nombres científicos a sus compañeros de reparto de virus y estudiando fotograma a fotograma las secuencias de las infecciones, las únicas que les interesan, al parecer. Fue una mujer que estuvo en Wuhan y que volvió a su puesto de trabajo ya coronada, aunque asintomática. Charló con sus compañeros, compartió ordenadores y hasta contagió a uno de ellos sólo con pasarle la sal en la mesa. ¿Qué conclusiones sacaremos de todo esto? Pues que seremos mucho menos educados en las comidas, lo primero, y que como pilles el virus vas a hacer más flashbacks delante de los médicos que en "Amanece que no es poco".

Esto se va a llenar de médicos-salmón remontando tu historial médico hasta que tocaste aquel pasamanos en la gestoría a mediados de febrero o hasta que le diste el primer beso a Manolita, allá por los quince años. ¿Qué es de Manolita ahora? ¿Podemos localizarla? Manolita murió. ¿De lo mismo que usted? Perdón, quiero decir... No. Manolita murió de un infarto. Perdóneme que insista: creo que es necesario localizarla y hacerle la autopsia al cuerpo por si da positivo...

Claro que dio positivo el beso en su momento. La adolescencia es así. Y claro que le hice también la autopsia a su cuerpo muerto cuando me dejó inmediatamente por otro. Anda y que no le di vueltas buscando el fallo orgánico de lo nuestro y qué cojones se le había pegado por culpa del otro guaperas con moto, pero supongo que esa es otra cadena de contagios.

No hace mucho me preguntaba si los ciegos de la ONCE seguían vendiendo sus cupones. Con sus perros pueden estar perfectamente en la calle y esos bastones suyos les garantizan una distancia de seguridad más que correcta. Pero parece que no y los ciegos también se han quedado en casa. Alguien pensó que habría muy poca gente en la calle para que les comprara la suerte y que su eslogan de toda la vida tampoco les iba a ayudar mucho: "Te puede tocar a ti".

Están de moda las fotos de grandes calles desiertas. Dentro de poco serán estampitas de souvenir en sus expositores de venta para turistas. Así estaba la Castellana sin nadie. Así estaba el Paseo del Prado sin nadie. Así estaba la Gran Vía sin nadie... Bueno, esta imagen ya salía en una película de Amenábar, pero hubo que trucarla, claro... ¿Y nos creemos que a estas fotos de ahora no han tenido que trucarlas? A más de uno lo habrán puteado por joderles el plano o lo habrán retenido los ayudantes para que no se cruzara mientras sacaban la foto. Y a más de uno y a más de dos se les habrá aplicado el Photoshop urbano pertinente a posteriori para que no les joda la ortodoxia pandémica.

Hoy el Partido Popular por fin va a votar que no a la prolongación del Estado de Alarma. Si el gobierno convocara un referéndum para decidir sobre el oxígeno y esos rojos de mierda estuvieran a favor, los fachas votarían en contra. De producirse un rebrote en Madrid, por poner un caso, propongo medicalizar la sede del PP en la calle Génova y que los nuevos infectados hagan sus cositas sobre la moqueta de su planta noble. Y puestos a hacerle autopsias a mi Manolita, que se la hagan a Fraga Iribarne, que nunca le dio un beso a nadie, pero babeó de puerco franquismo este bendito país de mierda.