martes, 23 de abril de 2013

EL FISCAL DE LA ORCA (*)


En la referencia a "El Juez de la Horca", entiéndase por Orca a Mª Dolores de Cospedal (aunque sus ojos sean de escualo) y entiéndase por Fiscal a Eduardo Torres Dulce (aunque sea un amargado y de lo que tampoco entienda sea de cine). En la escalada de aberraciones de su servilismo al PP este fiscal "particular" (que no general) del estado ha llegado a imputar por "colaboración con banda armada" (ETA) a Enrique Pamiés y José María Ballesteros, dos de los policías que más y mejor han luchado contra el terrorismo en este país. Es la maniobra abyecta que le ha ordenado el PP para alcanzar de refilón a Rubalcaba en la última traviesa del patíbulo en el Caso Faisán. Cinco años de cárcel para dos policías que han salvado de la muerte, con toda certeza, a muchas de las alimañas del partido que así los utiliza para ganar más votos entre los fascistas: "El PSOE estaba detrás del chivatazo que impidió la detención de etarras". ¿Qué les importa que el aviso fuera parte de un operativo para detener más etarras un mes después? ¿Qué les importa que Pamiés haya desarticulado cincuenta comandos de ETA? ¿Qué les importa acusarlos del delito más repugnante para unos policías con esas impecables hojas de servicio si, a cambio, le hacen un feo a Rubalcaba por su negociación con ETA durante esa etapa? ¿Quién fue el que llamó "Ejército Vasco de Liberación" a ETA en otra etapa de las negociaciones? ¿No fue Aznar? Al Fiscal de la Orca la verdad y la justicia le dan lo mismo con tal de servir a sus amos. A la Orca y al de la Orquitis, el de las inshidias. Caña al Caso Faisán, a ver si se olvidan así de que les estamos robando la vida. Ayer hablaba en "El Intermedio" el secretario general del Sindicato Unificado de Policía, José María Sánchez Fornet, mi héroe. Me quedo con su definición de Torres Dulce: "Políticamente es un cobarde y moralmente es un miserable". Chapeau por Fornet. Da gusto oírlos hablar. A él y a Ada Colau. Sin trastiendas y sin miedo. Cuando hablan, hablan. Cómo se les nota que no son políticos y cómo se les agradece. En fin. No creo que esta infamia acabe con estos dos buenos policías en la cárcel. Ya sería demasiado. ("Estás hablando bien de la policía, tío. ¿Qué te pasa?") Cuando la iniquidad en la vida de un país llega a tal extremo que la gente se pone de parte de sus policías, es que el Gobierno ha tocado fondo en sus desmanes. Y en lo tocante a tocar, hay tres cosas que no puedes tocarle a un pueblo y pretender que te las aguante indefinidamente: el pan, la justicia y las pelotas. Ya nos hemos quedado sin pan y sin justicia. A ver qué pasa con lo otro.


*Nota Bene: Esta entrada hace la 2.500 de este blog (uf) y, encima, hoy es el Día del Libro. No quiero que un fiscal vendido me amargue las dos celebraciones (una por acumulación y la otra por insistencia), así que tomo prestado lo que decían en Gomaespuma sobre un conocido poeta de la Generación del 27, por acumular y por seguir insistiendo en el tono de este blog: "Lorca... ¡La ballena asesina!". Se me ponen los pelos de punta sólo de pensar cuál es el último libro que se ha leído la otra Orca, la de los ojillos de escualo y mantilla de neopreno.