domingo, 19 de septiembre de 2010

UN POETILLA DÍPTERO CON GAFITAS


Entrada de billar, carambola en otro Villar (blog "Nada que decirte") y banda en otro blog afín. Y todo a tenor de la entrada de Daniel Domínguez en su blog "La Escuela de los Domingos": Dragones y Princesas. Galicia y una vendimia, las Alpujarras y unas cabras... y Ronda, de pronto. Ronda y unos Rilkes. Con el tiempo la conocí mucho mejor y aprendí a perdonarle alguna prosa torcida a Ronda, pero aquel comienzo serrano fue para no olvidallo de paseo por sus calles una de las primeras noches... El misterio de esas piedras en la niebla lechosa de la madrugada, curas siniestros tras los postigos, monjas recogidas, fantasmas de bandoleros, sangre de sus víctimas, lobos en alguna parte... Y ahí estaba el cartelito: "Autoescuela Rilke". Cojonudo. Un cubata, por favor. ¿Tiene el Marca? En la entrada que recomiendo arriba las cosas fueron mejor. Con todo, coincido con la impresión que produce leer por primera vez "Cartas a un joven poeta", hace ya la tira. Eran años en los que uno buscaba consejo y ayuda hasta en los prospectos de la farmacia. En las fórmulas cualitativas de los pastelitos. Y allí estaba Rilke (no confundir con las cartas al cachorro de Joyce). Estuvo Rilke. Su efecto sobre mí fue de parálisis. "A favor", pero de parálisis. Como si Rilke fuera una puta araña buena... y uno un poetilla díptero con gafitas. Aquella sobrecogedora catedral que era la escritura. Afortunadamente lo superé. Para escribir como el culo, pero superado. Ya no me hace falta ir al... psicólogo. "Le dije urólogo". Vale, pero ya no me importa.

GENTE MENUDA



Jockeys. El USB del caballo, enchufados en su chepa. El de arriba es un francés alegre y pizpireto capaz de las mejores montas y de las más decepcionantes. Si tiene la jornada de cara, es capaz de poner a galope tendido una tabla de planchar. Siempre donde la pomada, Julien Grosjean.