lunes, 19 de mayo de 2014

MIRA LA BOLITA (y 3)


...Y no protestes, sans culotte, que el terror es así. Remember Robespierre. El terror comme ça, sobre todo viniendo de terroristas electos. ¿Terroristas elegidos por nosotros? ¿Que hemos elegido democráticamente a terroristas? Técnicamente sí. ¿O no es lo propio de terroristas propagar el terror entre la población? ¿Qué diferencia hay entre el atentado de un hombre-bomba que mata in situ a cien personas y un “imprescindible” recorte en Sanidad que matará a dos mil quinientas dentro de un año? ¿O acaso es que no hay ministros-bomba? Seguro que conocen algunos. O ministros-fórceps. Ministros-biblia. Ministros-puerta giratoria. Ministras-mojama. Presidentes-tic en el ojo izquierdo cuando miente. La suerte de los políticos-bomba es que es un trabajo que sólo pueden hacer una vez. La desgracia es que los colocan en el puesto precisamente para eso y nada más. Estallan en sitios concurridos (el INEM, la Seguridad Social, la Escuela Pública...) para garantizar la matanza y luego ellos van directos al cielo usando alguna milagrosa puerta giratoria. Terroristas, entonces, recorte tras recorte y “ajuste” tras “ajuste”. Terroristas propagando el terror sin pausa hasta dejar temblando a un país entero porque han elegido salvar a los bancos antes que salvar a la gente, porque han elegido la cobardía y la traición de aplacar la voracidad de los Mercados con paletadas de ciudadanos pobres, débiles y moribundos, antes que dar la cara y decir Hasta Aquí, Gilipollas. Hasta aquí llegó el Ebro y lo demás será que me quitéis el rifle de mis manos muertas... Pero no. Dónde va a parar... Mejor la cobardía, la traición y el terror. Desde Finisterre al Cabo de Gata, un país atemorizado por sus dirigentes en la campaña más sádica para anular la voluntad popular (e infantilizarla) que haya concebido jamás un partido político sin tildarse de nazi o estalinista. Terror al más allá (Berlín, Bruselas...), miedo a los fantasmas (salida del euro), pánico a la noche (desahucios), miedo al hambre (paro), miedo a la muerte (farmacias sin medicamentos), miedo al caos (Grecia), y hasta miedo a pensar libremente, con claridad, por si el Emperador realmente no estuviera desnudo, el traje no sea una filfa, insultar al que te insulta no sea defensa propia, y fuera tan comprensible, al fin y al cabo, despedir trabajadores masivamente para crear empleo, destrozar física y moralmente a los maestros para mejorar la enseñanza, dejar sin medios a los hospitales públicos para mejorar la sanidad, matar al enfermo para que se recupere a largo plazo, y obligar a nacer a un feto malformado para garantizar la libertad de la madre...
Este es el estado mental picudo que decía antes y este es el desolador panorama desde (bajo) el puente. El 15-M acariciando con su elegante pluma romántica el cemento armado del búnker de los malos (por si el milagro de la erosión o las cosquillas) y otro jubilado más quitándose de comer cuatro días a la semana para poder pagar su pomada contra la artritis. Los mineros paseándose por Madrid en una exquisita excursión de boyscouts espeleólogos (por el musgo de La Cibeles sabréis donde está el norte, chicarrones, y ya os estáis volviendo) y otro trabajador más en el paro porque algún empresario no ha logrado robar lo suficiente este mes. Los bosques ardiendo por los cuatro puntos cardinales porque no hay dinero para mantener a las cuadrillas (esos tíos de amarillo que de vez en cuando también arden ellos mismos por no haber podido practicar antes, cachis en la mar con la falta de presupuesto) y sesenta mil millones de húmedos euros alemanes para apagar la chamusquina de Banquia. Los jueces valientes apartados de su trabajo, cada funcionario un privilegiado sin dinero, cada maestro de la enseñanza pública un vago, cada médico de la seguridad social un incompetente, cada parado un estafador, cada casa de jubilado un albergue de caridad, y cada político corrupto un futuro indultado. A todo esto sumamos la bochornosa amnistía fiscal para los amigotes llamando festivamente a las puertas de los paraísos fiscales, pum pum, ¿quién es?, tus amigos del PP, y no hay megáfono suficiente para explicarles a esos muchachos desesperados de la valla de Ceuta que no merece la pena entrar aquí, como no sea para ayudarnos a organizar el 2º Juicio de Nuremberg y encausar al cien por cien de los políticos que han cometido este genocidio civil en España.

Por lo tanto, indignación no. Lo siguiente.

Y por lo cual, “Te lo Juro por la Crisis”.

Hoy entra en el horno la revista.

Gracias a todos.