lunes, 23 de enero de 2012

MILLÁN ASTRAY, MÁRTIR

Es lo que pasa cuando uno le tiene tantos prejuicios a la derechona en España, vector nacional católicos, esquina con Franco, machote, balcón Dios es mi Salvador, el tuyo no: que si son todos una panda de hijos de la gran puta y demás matices. Por eso me atormenta el error que he cometido con Carlos Fabra. Sus gafas. Sus inalterables gafas de torturador chileno. Sus ofensivas gafas de falangista de paisano. Sus vomitivas gafas oscuras de reaccionario prepotente. Y no. Error espantoso. El pobre Carlos Fabra lleva esas discretas gafas de golpista en rueda de prensa... porque es tuerto. Un problema de estética y de pudor, no de ideología. De pequeño su hermano le dio un viaje con unas tijeras y hasta ahora. Nada que ver con su talante de cacique, entonces. Mis disculpas por haberme confundido con usted, bendito varón, señor Fabra. Con menos suerte en la lotería y menos amigos jueces, es el mismo error que cometió la historia con Millán Astray, otro tuerto fascista inocente. Mártir.