jueves, 28 de agosto de 2014

LA CANICHE GIGANTE


No hay justicia, pero si la hubiera, algunas perras de sofá serían obligadas a tirar de trineos de mierda hasta el fin (corto) de sus días. No hay cojones, pero si los hubiera, algunas caniches vampiras del Fondo Monetario Internacional recibirían su pertinente estaca en su corazón de laca. No hay Dios, pero si lo hubiera, algunas mujeres de exhibición canina quedarían convertidas en estatuas de azúcar negro (de rayos UVA moscatel) para que se las comieran de postre los niños hambrientos del mundo... Aunque todos sepamos que la imputación por corrupción es un paripé de los de su misma raza abominable y que la caniche gigante volverá a ladrarnos a todos desde alguna tribuna forrada con piel humana. Y no, tampoco le tenía más cariño hace unos años...