lunes, 19 de junio de 2017

CON LA DE COSAS COJONUDAS QUE VIENEN DE CANARIAS... Y APARECE ÉSTA.


Tan absurdo es llamar machista a Pablo Iglesias ("A usted no le gustan las mujeres no sumisas") como culparle de los males que padece hoy en día Venezuela. Pero más absurdo aún, y ridículo, es arrogarse el dolor de todo un país porque "lo conoces de norte a sur" (la octava isla) y solidarizarse con los metafóricos azotes a Mariló Montero (en metáfora una hora menos) porque te pagan una burrada de millones por ese triste teatrillo para triunfar en la capital... Me quedé tonto viendo a esta diputada canaria, Ana Oramas (*), Sama Roana, dándole trompazos a la pantorrilla de Pablo Iglesias como una cabra majorera dirigida por control remoto desde la bancada de los populares en el debate de la moción de censura. Y quién dice cabra majorera dice títere, por no animarla. Huérfanas las islas de sátrapas saprofitos autóctonos con trasplante en la metropoli (ex ministro Soria), habrá que estar pendientes de la evolución enredadora y trepadora de la muchacha. Si está en su naturaleza vivir de materia en descomposición, mierda le va a sobrar en Génova 13. Pero que luego no me venga hablando de lo hermosas que eran las flores en Venezuela ni de lo mucho que te afecta el repugnante machismo de un hombrecillo cien por cien feminista como Pablo Iglesias, pedazo de cretina.

(*) No puedo evitar el juego de palabras, que ya se lo habrán hecho mil veces: ¿Ana Oramas? ¿En Canarias no era una 'ora' menos? Los juegos de palabras, cuando son malos de morirse, pero aún así no puedes impedirlos, se pagan con media hora más en el infierno.