viernes, 31 de enero de 2014

EL QUE LE HA ESCONDIDO ESTA SEMANA LAS MULETAS A LA MERKEL


Alemanes son los calcetines con sandalias, el moreno color gamba y Angela Merkel, pero también Nietzsche, Beethoven y Carlos Marx. Así que podemos tener un gobierno alemán con calcetines y sandalias, pero también con un bisnieto lejano de un primo segundo de un vecino que vivió cerca de Carlos Marx amenazando a Angela Merkel con quitarle las muletas, si no se porta mejor con el pueblo y deja de tratar a la gente como si fueran chorraditas de la microeconomía. El individuo en cuestión es el presidente del SPD (Partido Social Demócrata Alemán), Sigmar Gabriel, arriba, actualmente vicecanciller del gobierno alemán y ministro de economía y energía. Cosas de las elecciones del año pasado y de la gran coalición a la que se ha visto forzada la cristiana muchacha sin cuello. Donde antes se le reviraban los ojos extasiados ante la palabra "austeridad", como a Sor Alicates, ahora rebaja la edad de jubilación a 63 años para los alemanes más alemanes, esto es, los que hayan currado y cotizado cuarenta años como unos campeones. No es mucho, pero por algo se empieza. Y sólo ha habido que esconderle un ratito las muletas. Cualquier día, el sucesor del sucesor del sucesor del sucesor de Willy Brandt, Sigmar Gabriel, arriba, lo mismo le quita las muletas a la rubia con el flequillo que se le queda a un pedo en la ducha, y no se las devuelve hasta que se asome por una ventanita a los países del sur y vea el destrozo que ha hecho con su política de remache de submarino. No le pido que le atice con las muletas en el colodrillo, pero sí que se las esconda otra vez, pero ahora por alguna oficina del INEM en España. O por alguna empresa con un ERE calentito. A ver si tiene ovarios de venir a por ellas. ¿Que no se atreve, de cabreados que nos tiene? ¿Que no se arriesga, de lo poquito germanófilos que nos ha dejado? Pues otra opción sería quitarnos la bota nazi del cuello (esas peculiaridades del comportamiento alemán, como la de echarle mostaza a una patata cocida y llamarlo ensalada), Angelita, reina, que iríamos nosotros mismos a devolverte los achiperres locomotores de mil amores. Al Reichstag o al parque de atracciones para sádicos que tú digas. Y con un moño. A cambio de que nuestros jubilados no sean menos personas que los tuyos. Por ejemplo. Y al colega Sigmar, arriba, que tiene un barreño de sangría pagado en el chiringuito español que diga, si continúa fastidiándole los andares a la monja alférez hasta que taconee como La Terremoto. Y reaccione. Por el bien de todos.

4 comentarios:

  1. El "fillo" que tiene ella aquí solo le tira de la levita.

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  2. Una meada por poderes. Cuando PJ se giró, volteando hacia arriba esos ojos acostumbrados a ver las intimidades de Ágatha, y le urgió a la nigeriana "méame", Exuperancia lo hizo por ti, por mí y por todos mis compañeros.

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  3. ...y ahora lo repito donde debería ir...

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