miércoles, 22 de mayo de 2013

TELÉFONO ROJO, VOLAMOS HACIA MONCLOA


Un individuo como Aznar debería estar preso por más de un delito (incluido el delito "menor" de genocidio), pero en este país lo tenemos suelto por ahí y dando de vez en cuando entrevistas en la tele. ¿No podemos aprovechar las ocasiones en las que visita España para meterlo en el trullo? ¿No hay ningún tratado de extradición de España con España? Ahora el crooner amenaza (otros dicen "amaga") con volver a la política (como si hubiera dejado el vudú alguna vez), si nos encontrara tan desesperados que fuera imprescindible su portentoso liderazgo. Vale. Si no hay ningún juez con cojones para encausarlo por su crímenes (corrupciones e infamias sobre el atentado de Atocha aparte), que haya un psiquiatra que lo inhabilite para cualquier cargo público de responsabilidad, primero, y luego que ordene su ingreso en alguna institución mental. Si la cara es el espejo del alma (psique), Charles Manson tendría un informe psiquiátrico de "Apto para la convivencia" comparado con el de este psicópata. A bote pronto, la Asociación de Psiquiatras de Cámara del Bajo Esperanto a Nivel Hablado y Escrito ya ha elaborado un informe previo para que nadie se llame a engaño sobre su salud mental, ni se dejen objetos punzantes al alcance de este emperador zulú tuneado. La lista de psicopatías es larguísima, pero apuntamos las que más nos han llamado la atención:
-Trastorno Bipolar (en otros pacientes definen una conducta con raptos alternos de Euforia-Depresión; en él, arrebatos entre el Fascismo y la Inquisición).
-Fobia social.
-Distimia (tristeza degenerativa).
-Trastorno de ideas delirantes (Ejército Vasco de Liberación, Doctor Honoris Causa...)
-Piromanía.
-Trastorno esquizofrénico (Franco, Millán Astray, Margaret Thatcher, Pinochet...)
-Alucinosis alcohólica.
-Farfulleo.
-Manía persecutoria.
-Egotismo (autoestima disparatada que también padecieron Napoléon o Alien, y actualmente Mourinho...)
-Trastorno de somatización ("Estamos trabahando en ellou...")
-Megalomanía (Salvar a España)
-Mitomanía (Ana Botella es guapa, el Partido Popular es un partido demócrata, el atentado del 11-M fue cosa del PSOE...)
-Terrores Nocturnos (Homosexuales, bolcheviques, demócratas...)
-Tricotilomanía (pulsión incontrolada de arrancarse el pelo a tirones; en su caso del bigote)

6 comentarios:

  1. ¿Recuerdas que en su primera campaña electoral echó a un asesor de imagen por recomendarle que se quitara el bigote? Es la única decisión acertada que tomó este penco: menudo belfo exhibe. Con el bigote disimulaba (Mmmmm...¿estoy seguro?)

    No vi anoche la entrevista o lo que fuera, me niego: Estoy convencido desde hace muchos años de que no tiene nada decente que decir y que mi dignidad me permita oir. Desprecio.

    Pero esta madrugada en los informativos me ha pillado: he visto al Marhuenda asintiendo (en un adecuado inserto de plano) mientras el penco decía que es normal que los invitados hagan regalos en una boda.

    Aún le recuerdo gritando a sus chupababas de partido "¡¡Dejadles que ladren por las esquinas!!" refiriéndose a los manifestantes del "No a la guerra" y similares.

    Pues penco, atiende: "Relincha con tu belfo por donde quieras, pero lejos de la humanidad".

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  2. Comparto el asco y el desprecio, Matías, pero deberíamos pensar en él como buenos cristianos. Probablemente sea la única patada en la boca que nos sirva de eximente en el Juicio Final

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  3. El aplomo con que miente este iluminado es patológico.

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  4. Donde tu amigo ve penco, yo veo rocín. ¡Qué engendro!

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  5. Todo eso lo es, no lo dudo, pero el "joputa" ha logrado que "tó er mundo" hable de él, por eso yo me voy a callar.

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  6. Sois crueles y me decepcionan los recursos que empleáis: meterse con un hombre porque tenga belfo de caballo no es noble; poner en la picota las taras psíquicas del prójimo no es decente.
    Pero lo que no le tolero a Lob es que insinúe que Ana Botella es fea. Será porque me privan las caderas opulentas y el altísimo voltaje sexual que asoma detras de unas pestañas a media asta. Será. Pero quiero que conste mi disconformidad con ese canon de belleza que es capaz de obviar el atractivo de unas carnes (ayer prietas, hoy mollares) como las de Ana. Es una morenaza contoneona y tiene una voz quedona y pícara, que me hace recordar el habla de Sara, cuando parecía que deletraba sus insinuantes paliques. Y me van las dentaduras francas y las incursiones linguales por los intersiticios.
    Lo que me extraña es que haya cargado con el adefesio de marras, que no tiene ni medio sorbo..., como diría también Saritísima.

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