lunes, 7 de mayo de 2007

PALEONTOLOGÍA IBÉRICA

Cuando sea mayor quiero ser hispanista, como Mel Gibson. Perseguir el perfume de Lorca hasta en las paleoletrinas de Millán Astray, hurgar en la barba de Unamuno como en una huerta, escribir solemnes rodapiés de celulosa para poder comerme un canapé en el Cícrulo de Vellas Atenea o en el Rincón del Casino de San Fernando, gordo y solvente como el maletín de Dumbo, que volaba sólo cuando no escribía. Pero incluso sabiendo que Mel Gibson no es un hispanista, la cara del otro sabiador que me ha salido es la de mi muy buen amigo Porlan, tan indiferente al elogio como terco trabajador de verdades fabulosas. La nariz suya es más judía y su talla mucho más gallarda, que conste. También añadir que con una dentadura como la suya es difícil comer cerca. Por saludar. Y un abrazo.

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