miércoles, 4 de abril de 2007

CASANEGRA




-Señor Rick, se está usted convirtiendo en su mejor cliente
-CASABLANCA-

No se deberían poner caras largas,

aunque sólo fuera para no tener más superficie que afeitar
-FENANDEL-




Le voy a encontrar la pista a este dolor
que me ha robado los sábados.
El norte a estos ojos terribles,
a esta cara mía abandonada en la noche
como una cáscara de catedral.

En todos los verdes sé que me falta amor.
En todos los libros sé que soy poco.

Los naranjas que veo en el horizonte
son los alaridos de los buenos días que te di.

Aun así, ya no veo una lágrima y me añado.
Ya no me subo a los pechos que se van.

Este dolor es otra cosa.

Mira a la espesura.
Un estremecimiento de hojas que he sido yo.
La vida se me ha vuelto pregunta
como se vuelven pared tantas mejillas.

Insisto en el oro de este temblor.
Las quemaduras de cigarrillo en esta tela de recuerdos.

Cualquier carne a esta ropa interior vacía.
Algo de lo nuestro se está comiendo lo mío.
Recuerdo tu esternón aerodinámico.
Unos días a parques,
otros a novelas,
ese hueso tuyo sabía atravesar mi cabeza.

Surcos de espuma en mi frente.
Estelas de patinadora que necesitaba ser madre tras la pirueta.
Piernas en cuyas alforjas se fueron los sábados.
La huella de tus cuchillas es la caligrafía de este corazón inédito.

Con permiso, de postre,
voy a cagarme en Dios,
ahora que sé que el tiempo,
incluso yo mismo,
somos
el pulso de un melón bajo las estrellas muertas.
(De LA PUERCA ROSA)

No hay comentarios:

Publicar un comentario