martes, 13 de marzo de 2007

PATA DE BANCO (7)

He soñado con barcos de secano. Eran barcos de interior, pero en absoluto fluviales. Al despertar he pensado en el Arca de Noé, el barco de interior por antonomasia. ¿Y qué tipo de barco es un arca? Moisés navegó en cesta Nilo abajo (Nilo arriba, según el mapa), pero no por voluntad propia. Un arca no es un barco, dicho por todo el mundo, pero es lo que le encargó Dios a Noé. La cosa iba a flotar por la madera, no por el diseño, y era un arca porque no se trataba de navegar, sino de guardar animales y preservarlos del diluvio. De ahí viene la palabra "astillero": de la que montó el pobre de Noé tratando de hacer un baúl marinero. Las circunstancias apremiaban. ¿A todos? Independientemente de su capacidad hotelera, ¿también subieron al arca los boquerones, las sardinas, las ballenas...? ¿Hubo alguna suerte de parábola en que se les explicó que iba a llover hasta debajo del agua? ¿Quedaron convencidas las gambas? A la Iglesia no le puedes preguntar por esto. Tampoco por la constatada descendencia de Caín o de Set (por fuerza tuvieron que acostarse con su madre, Eva -incesto-, o embarazar a su padre, Adán -otro milagro-). Y en lo que respecta al arzobispo Rouco Varela, en las semillas del melón no hay genética con tal desparpajo.



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