sábado, 17 de febrero de 2007

CHEERLEADERS Y MAJORETTES


Los americanos de importación (los de haber llegado) lo han hecho todo con cheerleaders, desde matar búfalos (o cargarse a Martin Luther King) a invadir Irak. Chapman, el asesino de Lennon, también es una cheerleader en el fondo. Les tengo pavor a esas chicas. Y a las majorettes. Hay un tremendo chiste machista al respecto: en términos de evolución, la mujer ha progresado más que la yegua; por lo menos las majorettes no se cagan en los desfiles. Jua. Doscientas chicas superhormonadas, con sombrero, entorchados y palos de hierro. Y como levantan las rodillas. Mucho mejor que las yeguas. Lo más parecido en hombres superhormonados, con sombrero, entorchados y palos de hierro es un desfile militar de las juventudes nazis. Sólo que Hitler les tenía prohibido sonreír a sus chicos, o mascar chicle, o tener pequitas. Pánico a las cheerleaders, pánico a las majorettes, cariñitos a las yeguas. Aunque se caguen en los desfiles.

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