viernes, 9 de junio de 2023

COMPRA YA TU BEYONCÉ EXTRA SIZE


Tengo ya una edad para haber superado (sin secuelas) el fenómeno fan y nunca he sido muy de meterme en grandes conciertos, si podía evitarlos, así que creo que no soy el más indicado para hablar de estrellas de la música, digamos, ni mucho menos para opinar con algún conocimiento de causa sobre su aspecto. Lo que sí tengo es criterio de pueblo, de montonera y como que al toque: me gusta / no me gusta, esta es una mamarracha, este es un cantamañanas, etc... Si vamos al rock, por ejemplo, músicos e intérpretes más subversivos y rompedores, más la caña; si vamos al pop, músicos y cantantes más convencionales y dulcecitos. En el caso de Beyoncé, arriba, que ni sé lo que canta, juro que tuve una primera reacción de rechazo visceral nada más verla en la foto que publicó El País. Puro instinto, puro reflejo: caca, nene no, ahhhgg... ¿Una mujer hinchable? ¿Una muñeca? ¿Un juguete de laboratorio para niñas... sexuadas? ¿Una modelo talla grande? ¿Un maniquí sugerente para padres? La muñeca, o lo que sea, parece que coge tallos de micrófono en público y se mantiene por sí sola en pie, lo que no sé es si emite sonidos en directo porque la mayoría de estos cacharros llevan el disco y las pilas por dentro escondidos tras una tapa... Esa noche fue mucha gente a comprobarlo, lo del micro, la estabilidad y demás...  Por si también cantaba por su cuenta y pestañeaba... También ignoro si la peña volvió engañada o si era esto precisamente lo que fueron a buscar, válgame, payo... ¿En serio?


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