viernes, 29 de octubre de 2021

DESDE B.U.P.


He tenido compañeras de clase como Nadia Calviño. De primera fila, brillantes, eficaces, concentradas, panzers. Gerentes de su futuro antes que de su presente, que se lo saltaron marcialmente perdiéndose la juventud, el hedonismo y hasta la sexualidad. Los golfos las mirábamos pasar con prevención de insolventes ante aquellas sucursales piloto del Banco de España, pero también con respeto: eran especímenes superiores de la categoría de empollonas. Luego estaban las Yolanda Díaz, si tenías esa suerte de compartir aula con alguna de ellas: frescas, inteligentes, maniáticas, divertidas, fascinantes. Con cuatro o cinco futuros por delante, las Yolandas preferían un presente de fiesta, cagadas, carreras equivocadas, abortos, desapariciones y apariciones de bruja despeinada después de una pelea de gatos y los arañazos en la cara de poder sobrevivir tan ricamente sin la ayuda ni la compañía de ninguno de nosotros. He tratado de pintar a la Yolanda Díaz de verdad y no me ha salido ese espíritu, así que no hay caricatura de ella. Yo ya tengo mi favorita para que gestione la derogación de la Reforma Laboral. Desde hace meses. Y años. Desde B.U.P.

2 comentarios:

  1. Es curioso y no pongo en duda la calidades académicas del la interfecta, en muchas ocasiones, hay empresas que son montadas por personas sin casi estudios y triunfan, generan empresas grandes, productivas, Zara es una de ellas, pero hay muchas más. Los conocimientos y el trabajo son una base importantísima, pero hay veces que se necesita cierta "visión" y esa no se aprende en las Universidades. Esa cualidad es la que han tenido los grandes generales de la Historia, esa apreciación de los hechos que en los momentos decisivos saben tomar las decisiones adecuadas. No veo en España gente con estas cualidades en politica, ni en el pesoe, ni en el pepe, supongo que es el triunfo de la mediocridad, de los pelotas, de los "corre pasillos" que crecen al amparo de las listas cerradas.
    Un saludo

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  2. De acuerdo contigo. Las universidades suelen ser secaderos de cabezas. De los partidos políticos no tengo mejor opinión, cuando no son fábricas de chorizos son academias privadas de charlatanes con codicia. Tampoco necesitamos "grandes generales" (por dios) ni grandes líderes para que nos dirijan. Lo decía Bismarck de España: "Es el país más fuerte del mundo. Los españoles llevan intentando destruirlo desde hace siglos y no lo han conseguido". Gracias por comentar.

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