lunes, 2 de septiembre de 2019

LLEGANDO A LA BANALIDAD DE LAS MATANZAS


Matanza en Texas. Siete muertos, creo. Un perturbado con armas. Un arma con perturbado. Lo de siempre. Y, casi como siempre, en ese país de desquiciados... Entonces miré la foto. Nunca te dan los cuerpos tirados por ahí. Lo suyo es que veas policías post mortem. Vigilando la escena del crimen. Apatrullando a posteriori. Que no vuelva a ocurrir, ja, ja, ja. La foto de arriba es especial, sin embargo. Ya está la feria montada. Ahí están las carpas y los coches oficiales de los feriantes  del orden perfectamente aparcados y dejando una modélica calle de acceso. Hay un camión ENG para retransmitir en directo, parece, y un camión con "separador de ambientes" para pruebas policiales o lo que sea que recojan y guarden ahí dentro... Pero a lo que iba es a esos dos agentes del FBI caminando indolentes a la romería. Tranquilos, despacito, rutinarios... Dos buddys de teleserie una mañana o una tarde cualquiera. El más bajito con su botella de cocacola. ¿Cuántos muertos? Siete. No son muchos, Buddy. ¿Qué tal tu mujer? Estúpida, para variar. ¿Salió tu suegro del coma? 
Sí. 
Me alegro. 
Lo enterramos mañana. 
Oh, vaya... ¿Qué tenemos por aquí?

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