viernes, 7 de abril de 2017

LA BAJEZA DE UNA CRUZ


Seré un tarado, pero creo que no hay un monumento que incite más al odio en este país que el Valle de los Caídos. Seré un tiquismiquis, pero creo que no hay un monumento que ofenda más a los sentimientos religiosos que una cruz gigantesca erigida por un asesino megalómano con la sangre de miles de fusilados. ¿Tiene algo que ver con el cristianismo la represalia, la humillación, la infamia y esa ignominia funeraria de enterrar al verdugo con sus víctimas, el matador con sus muertos como un torero en su cortijo de cabezas disecadas de toro? Es que me enciendo... Y es más, yo diría que cualquiera que defienda esa espantosa aberración de hormigón y perversidad está enalteciendo el terrorismo, desde el gobierno a la iglesia, desde la administración a los jueces filofranquistas, desde el putrefacto Partido Popular a los nietos de los asesinos con correajes que acuden todos los años a esa especie de Auschwitz nuestro a rezarle al Hitler gallego y al Goering de la gomina. Y si hacer chistes sobre esa afrenta (y no reventar el "monumento" con mil toneladas de dinamita asturiana, por ejemplo) va a suponer que la Audiencia Provincial de Madrid te lleve a juicio, estaremos todos de acuerdo en abrir al máximo la boca y la Memoria Histórica para gritar ¡¡M I E R D A!! con Dani Mateo y El Gran Wyoming, en solidaridad. Por supuesto, el nudo en la cruz hipertrofiada quiere simbolizar, ya que hablamos de símbolos, el "atado y bien atado" del golpista eunuco. La horrenda cruz de ciento cincuenta caudillos de altura. Y de bajeza.


Madrid Calling.
Lo que había que hacer.

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