TOSAR Y DARÍN, DARÍN Y TOSAR...

Anoche Ricardo Darín ganó su primer Goya por su interpretación en "Truman". Yo voté a Luis Tosar. El argentino es natural y eficacísimo en sus trabajos: se planta delante de ti y no necesitas más. Se explica. Se manifiesta. Y en sus silencios, cortos o largos, hay un subtexto de media página de guión con sus cursivas, sus matices y sus acotaciones. Chapeau. Pero en "Truman" parece que el que se muere de cáncer no es el personaje (un actor), sino el actor en sí. Ricardo Darín palmatorio interpretándose a sí mismo. Y eso es trampa, amiguitos. O se le acerca. Por eso, en esta ocasión, el trabajazo de Tosar en "El Desconocido" me pareció más meritorio. Encima, en un registro que no le conocía al gallego. Un bicho en un brete y teniéndose que expresar con los ojos. Hay que tener muchas tablas para mecanografiar hora y media de peli sólo con la mirada y tú con una bomba bajo el culo y un cabrón al otro lado del teléfono... Otra vez será, sin duda. Lo mejor de la noche, el Goya a Natalia de Molina y a Daniel Guzmán. Lo peor, los canapés de tortilla con ínfulas. Lo más absurdo, la actuación intempestiva de Serrat. Lo más terrorífico, los nazarenos de Calanda con su tamborrada mortífera, que Buñuel era de allí. Por esa regla de tres, y estando en el Hotel Auditorium, que hubieran invitado a Narco Aurelio y que se hubiera puesto a repartir cocaína a toda la peña. ¿O sí que lo invitaron?