jueves, 10 de diciembre de 2015

LA MENINA POR AHÍ Y YO CRUZÁNDOME CON ASESINOS A DIARIO.


Hace cinco años que pinté la ilustración de arriba. "1ª Comunión", la titulé. Un recuelo extracto de las Meninas de Don Diego Velázquez. Una tontá probando pinceles y dejándola vivir en un archivo remoto que hoy recupero. Por la cosa de la "menina", como andan llamando a la vicepresidenta del gobierno. La sustituta para debates de vómito. Para el vómito este de los debates que dicen que son importantes para la salud democrática del vómito. Mi idea de la democracia es otra, me temo. Y mi idea de los debates, claro. Pensar que hemos llegado a esto... A considerar que cuatro disparos con sintaxis pueden ser ideología o argumentación o dialéctica... Pensar que esta patética empollona con ínfulas representa a nadie... Que habla por alguien... Y que hay alguien escuchando con sentido... Cuando lees que las intenciones de voto de más de medio país son insistir en la infamia, que probablemente te cruzas con asesinos a diario, con más de uno, probablemente con más de cuarenta asesinos todos los días... Y te ofrecen la imagen de cuatro figurantes con las manos en el sotovientre diciendo "Hola, vótame"... Y tú cruzándote con asesinos por la mañana, por la tarde, por la noche... Sí, necesito votar a Podemos, pero a pesar de todo.

1 comentario:

  1. Hablaba servidor, Lob, hace unos días con unos mozos barbudos que tenían en un estante la foto de una calle catalana y, flameando, ladeada, la bandera del POUM plantada en medio de un cogollo de torsos y brazos proletarios.
    Los papeles de Trotsky les habían sorbido el seso a los zagales; sus razones se oponían a un cierto escepticismo y a la lanza pragmática de este ilota (servidor de usté, Lob) distanciado. Ellos decían que poco iba a cundir asaltar el cielo de los votos, de los escaños madrileños..., si el pueblo, mutante y calavera, no estaba maduro para consolidar la gesta, que la demanda del cambio tenía que venir del fondo del odre social, que solo se consolidan las conquistas con troyanos dispuestos a morir en las murallas, cuando las mirada aguileña de la hueste, el corazón acorazado, sean los que impulsa a los vicarios condotieros, que no serán sino el mascarón de proa de la trirreme de ojos de pez del Mare Nostrum y ariete con guarnición de bronce de Esparta rediviva.
    Yo, les dije que tenía prisa, que ahora no era tiempo de atarazanas, de carpinteros de rivera, de calafates; que había que echarse al mar con la chalupa por pintar, sin brea en la sentina ni provisiones de boca para singladuras a la fría Thule; que urgía varar en playas de arena modesta, de guijarrillo que hiere las plantas de los pies. Y allí montar el campamento. Y en ese campamento hacer lecturas nocturnas, épicas, al amor de la lumbre, invitando a los nativos de las islas a participar del festín de la nueva cultura que les llega. Y..., etc,etc, etc.
    Naturalmente que los mozos me miraron cejijuntos y se fueron haciendo el tornillo en la sien atribulada.
    Salute.

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