martes, 15 de septiembre de 2015

UN CANTAUTOR PARA DOWNING STREET


Con cara de película de Ken Loach, incluso de Stephen Frears, el líder laborista británico Jeremy Corbyn también luce todo el aspecto de estar a punto de cantar una melancólica canción de barricada junto a Pete Seeger, así que desde ya tiene todas mis simpatías. Lo que en los años sesenta podía ser calificado como una izquierda moderada, una izquierda sopazas, hoy en día es el demonio rojo abrasando banqueros en una pira de tarjetas de crédito de tan crecida como está la derechona de toda la vida, sea en Inglaterra, en España o en Estados Unidos. El repentino liderazgo de Corbyn tiene a todo el poder financiero soliviantado, no vaya a ser que les fastidie a última hora el purazo de la matanza y el expolio general. Sólo por el pánico verbal que ha suscitado (titulares como de advenimiento de apocalipsis) ya merece la pena seguirle los pasos. Cómo se lo monta el cantautor veterano que le escupió en los ojos a Pinochet para que los Mercados no le estampen la guitarra en la cabeza. Otro que merece un guitarrazo en España es Pablo Iglesias. Ya nos tiene a mí y a mi voto, pero si se estuviera callado -o un 90 % menos fatuo- de aquí a las generales nos tendría menos espeluznados. A los dos.

3 comentarios:

  1. ¿Te imaginas, Low, a este Corbyn arremetiendo en la Cámara de los Comunes contra los gentlemen que corren por los greens britsh al esmirriado zorro rojo de la isla, hasta acorralarlo -extenuado el pobrecito- contra la tapia de linde de un predio de un lord de mucha prosapia y circunstancia? Lo haría con el nervio esperable de un rockero viejo, digo yo.
    ¿Has visto ayer al tosco Pedro Sánchez tratar de escaquearse con el affaire del Toro de la Vega, en un no pero sí vergonzoso? Pues esa es nuestra esperanza blanca, ese nuestro condotiero de la NBA que ha de meterle canasta a la partida de Rajoy y sacarnos del infierno. Dios mío...
    Y en cuanto a Pablo... Pues que no me gustó la respuesta a una pregunta de un periodista, cuando interrogado sobre la condena del venezolano Leopoldo López, dijo que no le gustaba nada que se encarcelara a los políticos y que le hubiese gustado que este fulano pudiese concurrir a los próximos comicios. Lo que debería haber contestado Pablo es que este sujeto está en la trena en tanto que delincuente, que no por político y que ya se sabe que los acusados de actos de terrorismo con muertos a las espaldas no pueden ser candidatos a nada honrado.
    Me dice un colega que ve bien esta respuesta, que es tal la burricie de muchos españoles que se han tragado el señuelo bolivariano (sin saber por dónde cae en el mapa Venezuela, que han tenido que dejar muy pronto la escuela para ir a currar en eso de la pizza y ganarse sus setecientos eurillos), que no se pueden decir verdades como aquella, a riesgo de perder votos a chorros. Viéndolo así, parece que lo empiezo a entender.

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    1. Completamente de acuerdo contigo, Fred. Y en lo de la oveja del otro día, que no te comenté. Gracias. Eres la alegría de chigre de este blog.

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    2. Querido amigo, lo de la ovehita no acaba de dejarme sosegado el ánima. Lo había enviado también a un blog de buenos amigos de la poesía (Zumo de Poesía se llama el tal, al que concurro desde hace varios años bajo el mote de F..., y de alguno más). Y después de releerlo encuentro que mi pirueta por dejar en evidencia cierta manera de razonar del respetable..., queda algo desangelada, con cierto tufo a machismo misógino, a un discutible gusto zoofílico. Aunque es cierto que he conocido ovejas muy cariñosas, incluso inteligentes. Pero no es cierto que haya tenido rollo con ninguna.
      Abrazo fuerte, querido colega.

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