domingo, 17 de marzo de 2013

EL PAPA NOVATO Y EL NAPALM


Una cosa vamos teniendo clara. Al Papa Francisco no le están escribiendo los discursos. Le fluyen. Y está guerrero. Musculoso. Matinal... El tipo de entusiasmo que le lleva a cometer deslices adolescentes como decir que le gustaría mucho "una iglesia pobre para los pobres". Ese arrebato romántico de soldado recién llegado a la trinchera. Bécquer, Rabindranath Tagore, Kahil Gibran, Herman Hesse, Robin Hood, Robin Williams y Curro (Francisco) Jiménez. Por esa misma regla de tres sería maravilloso tener una iglesia débil para los débiles, una iglesia enferma para los enfermos, una iglesia hambrienta para los hambrientos y, por qué no, una iglesia corrupta para combatir a los corruptos. Supongo que se irá adaptando al traje de combate poco a poco, pero la sensación (divertida) que está causando el Papa Novato es la misma que la de Patton al mando de su primera brigada de tanques en la II Guerra Mundial (otro americano en Europa), o la de Robert Duvall en Apocalipsis Now: "¡Ah, cómo me gusta el olor a pobre por las mañanas! ¡Huele a... Dios!"

5 comentarios:

  1. Se ultracorregirá como la Leti y pronto dirá "bacalado".

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  2. -¡Aldeanos! - dijo el cura -. Me pedís lluvia, pero no la tendréis. Habéis venido hoy arrogantes y orgullosos como gallinas Leghorn, rebosantes de confianza en vuestra vida carnal. Habéis venido como mendigos insolentes a exigir lo que no merecéis. ¡A Dios el forraje le importa un bledo!
    -¡Qué me importan vuestros campos! ¡Qué me importan vuestros animales y vuestros hijos! -vociferó- Vivís una vida materialista y sórdida. ¡Ignoráis el lujo!... Y es el lujo lo que yo os ofrezco: os ofrezco a Dios... Pero a Dios no le gusta la lluvia... A Dios no le gusta el forraje. A Dios le interesan muy poco vuestros campos de cultivo y vuestras tristes aventuras. Dios es un cojín de brocado de oro, es un diamante engarzado en el sol, es un suntuoso decorado cincelado en el amor, es Auteuil, es Passy, las sotanas de seda, los calcetines bordados, los collares y los anillos, lo inútil, lo maravilloso, las custodias eléctricas... ¡No lloverá! ¡Dios no es útil! ¡Dios es un regalo de un día de fiesta, un don gratuito, un lingote de platino, una obra de arte, una apetitosa golosina! Dios está además. No está ni a favor, ni en contra. ¡Es un suplemento! (...) -¡No lloverá!- repetía el cura, a quien se adivinaba tras los postigos, presa de un trance total- ¡Lloverán alas de ángeles! ¡Lloverán plumones de esmeralda, jarrones de alabastro, pinturas admirables... pero nada de agua! ¡A Dios le traen sin cuidado el heno, la avena, el trigo, el centeno, la cebada, el lúpulo, el alforfón, el trébol, la alfalfa, el telefio y la salvia...!
    Boris Vian El Arrancacorazones

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  3. Este comentario sí que es una fiesta. Qué gozada, Loam.

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  4. Ya decía yo, con eso de una iglesia para los pobres.
    Lagarto, lagarto.
    ¿Y los ricos?
    ¿Y si los pobres dejan de serlo y se vuelven ricos con su ayuda se acabará la iglesia?
    ¿Es para los pobres porque cada vez vamos siendo más y le conviene tener una buena parroquia?
    Soy toda dudas.

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