
Pendenciero, quinto. Wolverine, antepenúltimo. Se me fundió la bola de cristal. Papelitos al suelo. Pero mereció la pena la jornada por la quinta carrera. El subidón de adrenalina de Santi Martín con la yegua Panacea y los veinte cuerpos que llegó a sacarle a los perseguidores, ese susto de más de dos mil metros en cabeza. A unos diez metros de meta la cazaron las tres leonas por las que habíamos apostado el trío: Para Elisa, Tasha Linda y Vivement Dimanche. Ah, deliciosa megafonía con los dividendos... Guapo también Festeiro: primera victoria para él y para nosotros un raquítico colocado en euros. Y pedorreta final para el infiltrado Melide por fastidiarnos el trío semiloco de la sexta y nosotros con muy poquito tabaco para volver a casa.
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