jueves, 27 de mayo de 2010

THE PACIFIC 10

Cuando supe del título del último capítulo de The Pacific me pareció lógico: "A casa". Lo que no me puedo creer todavía es que haya sido literal. Todos los soldaditos para casa, el reencuentro con sus gentes y novias y tal y the end. ¿En una serie bélica hacía falta la colita de Bambi? Estuve todo el capítulo pensando que uno de los trenes de take the long way home iba a descarrilar, uno de los taxis a caerse por un barranco, abrían la maleta en sus dormitorios de chavalitos y les salía un japonés chillando y atacándoles a bayoneta calada ... O una de las mamis se iba a poner a asesinar a diestro y siniestro con sus agujas de aguardar tejiendo a su hijo, el soldado. No sé. Algo de acción. Más guerra, que para eso es una puta serie de guerra, coño. Pero ná. ¿Qué tendrán estos dos en la cabeza -Hanks y Spielberg- para acabar afrutándolo todo? Tripas desparramadas y toma violines. Dos melodías animadas de ayer y hoy. Eso sí, fijo que fue el capítulo más barato. Tenían que hacer diez, en el nueve se quedaron sin historia (¿cómo ha pasado? ¿cómo ha podido pasar, Dios mío?) y se marcaron un capítulo de Cinco Horas con Mario, ¿te acuerdas de cuando los japoneses decían "banzai"? Pero qué carajotes. De todas formas, hay unos siete capítulos, más o menos, del copón bendito. Cebollazos de la leche. Los otros, como si Renoir rodara "La Colina de la Hamburguesa": suave lechuguita instrospectiva, el sésamo en flashback y la carne picada con mucho diálogo. Hanks y Spielberg, dos bipolares, concluyo.

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