domingo, 10 de agosto de 2008

CON EL APLAUSO DEL VATICANO

Ni pena de muerte ni cadena perpetua para los curas pederastas: se les suelta en el patio de la cárcel y se informa por megafonía al resto de los reclusos de su condición de curas y del delito que han cometido. Después, solemne entrega del despojo a los padres de los niños para que hagan con eso lo que quieran.

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