viernes, 13 de julio de 2007

HAN MATADO A KOWALSKI


Apareció por mi hotel con su perra. Las dos parecían de la misma camada; las dos parecían estar en temporada de patos. De modo que ahuequé el ala. Por la puerta trasera. Lo que aquella mujer solía necesitar en la cama podía dárselo cualquier otro animal. Aunque esa mañana lo que ella quería era un pato que hablara, como en los dibujos animados.

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