martes, 10 de abril de 2007

CORRIDO MEJICANO


¡MIRA CÓMO SUFRO!


¡Madre, aquí está tu hijo, el corrido!
¡Un Charro en el Barro de sus lágrimas por una mala mujer!
¡El último macho, madre! ¡Tú sí que me querías cuando me hacías daño!


Yucatán tenía un jardín
Y en el jardín había una flor
Y tras la flor un jardinero
Que le brindaba todito su amor
Pero ocurría que el jardinero
No siempre era un servidor
Aquel jardín era muy visitado
Nunca una flor dijo que no

Te dejé porque me fue preciso
Y el tequila me vino a consolar
Ahora roto, desmontado y muy cornudo
Ya no me quedan más balas que llorar


¡Cómo me la pegaron, madre!
¡Peor que tú a padre!


No es de hombre aguantar traiciones
Ni del Tequila, del caballo o la mujer.
Y por las cachas de mi pistola
Que no es macho el que se las deja hacer
Cuando la vi borracha y galopada
Por todos los bravos y bestias de Comala...
Con el sombrero me tapé la cara...
Nunca se vea a un enamorado berrear


Te dejé porque me fue preciso
Y el tequila me vino a consolar
Ahora roto, desmontado y muy cornudo
Ya no me quedan más lágrimas que llorar.

¡Cómo me dolió, madrecita!
¡Mira qué sufrimiento! ¡Me capen el caballo si miento!


La otra tarde con los peones en la plaza
Se jugaban cuánto iba yo a durar
Yo les decía que mi amor era eterno
Aunque ella fuera ahora comunal
Sólo hubo un bravo que repuso "ya lo siento"
Porque con ella me voy yo a casar.
Yo lo miré como se mira a un muerto
Y a la cantina nos fuimos a llorar


Te dejé porque me fue preciso
Y el tequila me vino a consolar
Ahora roto, desmontado y muy cornudo
Ya no me quedan más llantos que llorar.

¡Esto es sufrir, madre!
¡Soy el recordman del dolor!



Ya suenan las campanas de la iglesia
Y los muchachos la acompañan al altar
De todos novia era muy mentada
Naide sabía con quién se iba a casar
Dónde está el cura preguntaba ya la gente
Donde está el novio preguntaban sin cesar
Cuando aparezco de sotana y muy demente
Son mis pistolas su marcha nupcial



Aunque cornudo y apaleado soy valiente
Será la muerte tu marido y nadie más.
La mujer que del amor hizo vientre
Ya no se ríe de Panchito Yucatán.


¡Lo que lloré en la balacera, madrecita!
¡Más lágrimas que granos de arroz!



Te dejé porque me fue preciso
Y el tequila me vino a consolar
Ahora roto, desmontado y muy cornudo
En la otra vida también tú llorarás.

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