viernes, 27 de abril de 2007

BUHARDILLA DE LAVAPIÉS (43)



También la Gran Barra es Eterna,
aunque para comprenderlo
haya que filtrear con la muerte en las pequeñas cosas
y dejarse follar por ellas


Viendo
cómo insisten las mesas.
El enjambre de copas cómo insiste.
El ascenso al culo final,
los planes y los meses que multiplica un demonio
mientras no se sepa cuál será el último cigarrillo
o el último viaje de tobillo a pubis.

Viendo
cómo insisten las calles y
las raciones y
los agostos y
los fines de semana mentira y
los niños eternizados y
las mismas pesetas y
los zapatos con el aire dándoles en la nariz hacia los mismos sitios mientras insisten las madres y los amigos y las novias y todo es sonrisa y cabezazo. Cómo soy yo y cómo insisto en ser todo sonrisa y cabezazo yendo
tan mal acariciado
y malvivido,
elemental como una tos,
riendo indescifrable por ahí,
con mi intestino de neón canalla y
los bolsillos llenos de misterio y calderilla.

(Os mataría a todos)

Alguien está tocando un violonchelo de piel humana
Con el fémur de Dios Una tristeza depredadora salta
A la yugular de mi casa Hay sillas vacías de repente
Zapatos vacíos
Al tiempo le han puesto un sombrero de plomo
Para el viento
Le han dado una dirección exhausta
Y volarán hacia atrás los pájaros
En el runrún del absurdo
En el temporal de huecos
Contra el que han de batirse
Todas mis proas.

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