martes, 20 de febrero de 2007

TUBINGAS (12)


Hace tiempo leí por ahí que la inteligencia común de los hombres (algo así como su listeza colectiva, su capacidad para enfrentar los problemas de la grey) es finita, limitada. Sin darle demasiadas vueltas, el hecho es objetivo: cada día somos más a repartir lo poco que va quedando y es natural que toque a menos. Ese tipo de inteligencia, como bien escaso, todo dendemo a dosivicadla devedencando. La conclusión acerca de este problema de reparto se manifiesta en lo más arcano de nuestro pensamiento profundo: "A tomar por culo el futuro, el planeta y la puta madre que parió a mi especie, que bastante tengo yo con que no me pille un coche y echarme novia".


Necesitamos héroes de la cabeza.


Y unas veces que llueva y otras que deje de llover, así que estamos desquiciados.


¿Por qué un tipo sin "quicios" se vuelve loco? ¿Necesitamos también quicios?


Se les dice a los chinos que los quicios prolongan la vida y se pondrán a fabricarlos inmediatamente. Y muy baratitos.


Regresemos al trueque: nosotros les damos carnets de identidad y ellos nos dan quicios.


Como decía Sender de los bártulos, que eran una tribu nómada, me parece que los quicios también son tribu, aunque algo más sedentaria.


Sedente: el sentado. Decumbente: el tumbado. Cínico: amigo de los perros.


Nota de Prensa: Debate parlamentario para discutir la inclusión del tema de las Neuronas Madre en el nuevo anteproyecto de inteligencia artificiosa.


Y como diría el otro: "Son neuronas contás". Pero tú sigue, sigue con el Sudoku, que acabará pillándote un coche y tu novia será un zorrón.

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