viernes, 16 de febrero de 2007

EL ALBA CABLEADA


Bastaba un cable, y tuve un cable. Bastaba conectarlo bien, y no supe. Hasta ayer. Mi teléfono móvil ya puede hablar con mi ordenador y contarle cosas de la calle, del horror, de la risa, y de los cielos. Este amanecer es antiguo, si todos los amaneceres no fueran el primero. Septiembre del año pasado. Si encontráis una buhardilla caída en el suelo, subidla adonde abrevan y seréis felices los dos. Lavapiés es lo de abajo; lo de arriba es Dios haciendo la colada.

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