MIEDO PARA NIÑOS Y PIRÓMANOS
Hoy me he pasado por unas páginas de ilustración infantil y me ha picado el gusanillo, así que ahí va la mía con esa niña ante la tesis doctoral del miedo en forma de bosque. Por cierto, ayer le preguntaron en la SER a una experta en psicopatología acerca de cuál era el rasgo más característico de la conducta de un pirómano. La buena mujer arrancó su parrafada con lo siguiente: "En un pirómano, lo más llamativo...". Tela. Por las llamas y por las risas en un asunto tan cabrón como el de cargarse un bosque. En fin. Ahí queda el mío, intacto, tenebroso, incombustible... Pero qué poético está hoy el pintaverdes.







En esa puta cafetera absurda que plancha viajes sólo puedo ver el exultante saludo nazi de un robot japonés... y tres complementos. 39,9 euros. No llega a los 40. Guai. Por si me hago una escapadita chupi a Treblinka. Cuando tenga que negociar con el amigo Alzheimer, quiero babear pensando que soy una plancha vertical de viaje.







































