El hombre que ha escrito LA VIDA EXAGERADA DE MARTÍN ROMAÑA ha sido atacado por los Intrigantes Sindicatos Pesqueros de Perú. Le acusan de un triste plagio a un autor español de segunda fila (de cuyo nombre no me acordaré). Bryce se ha defendido arguyendo una circense y confusa intervención en sus archivos. Cierto que su instinto de conservación no estaba en su mejor momento, o le pillaron con el gintónic cambiado, pero yo le creo. La emboscada no delata sino la pobre infraestructura de los cazadores de cabezas peruanos y la envidia de cuatro incas con gafas de sol y escuela saltada por las casas que tiene Bryce en Chamberí y Barcelona. ¿Qué necesidad tiene de copiar un texto de tres al cuarto en una revista de tres al cuarto para azuzar a unos escritorzuelos de tres al cuarto oscuro?
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