La sonrisa te explica, si no te delata. Una sonrisa limpia, una sonrisa natural es una cosa. Una sonrisa extraña, una sonrisa tenebrosa, una sonrisa artificial y falsa también es una cosa muy distinta. Y ya entonces no es únicamente sonreír. Cuando no eres dueño de tu sonrisa, eres su esclavo. Arriba, dos esclavos. Jamás lograrán sonreír y que no les salga la podredumbre que llevan dentro. Hasta lo que dicen va más allá de lo dicho y se difunde como cagada. Ese aroma es lo que se te queda cuando recuerdas lo que dijeron y cómo lo dijeron sonriendo.
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