Hasta en lo más profundo de mi inquina por el basural de corrupción de este país, hay un punto de lástima por seres tan carentes de escrúpulos, de bondad y de respeto. Un punto de conmiseración casi cristiana: son felices con la mierda como los escarabajos peloteros, pobres bichos, qué existencia más miserable. Y les deseas un campo de concentración para todos ellos o la cárcel, no aplastarlos con la bota. Tampoco que a uno de ellos le dé un infarto y muera sin haber pagado por la porquería que ha esparcido a su alrededor. Descanse en paz Rita Barberá.
R.I.P. ¡Y Santa Rita, Rita...!
ResponderEliminarTe sientes igual que yo. Pobre diabla.
ResponderEliminarEso sí, como dice Dyhego: Santa Rita, Rita que lo que se da no se quita.
¿Y si no se lo han dado?
Qué mundo tan asqueroso.
Voy a ser un poco cabrón. ¿Alguien ha contado los miles de infartos y muertes que han provocado ellos con sus canalladas y con su maldad en este país?
ResponderEliminar