
Resuelto, en parte, el problema mañético del lápiz óptico, con el añadido de que en la nueva configuración he pillado pistas para solucionar mi eterna falta en la Wacom: cómo activar los sensores de presión o como quiera que se llame el achiperre que hace que se note en el trazo lo mucho o lo poco que aprietes el lápiz contra la tabletita. Pues eso. Nuevos horizontes se abren. De presión, como con la cerveza. Que salga algo interesante o no, ya no dependerá de los cablecitos, sino de mí. Apañados estamos.
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