viernes, 25 de mayo de 2012
UN MAÑO POR OTRO
Creo que desde pequeño tengo asociado el nombre de "Alierta" con el concepto chanchullo, el aire desastre, el puntito robo, pillería, soborno, estafa... Probablemente sea cosa mía y de mi estúpida idea de la honestidad. Nada que ver con que el tal Alierta siempre haya estado en el cogollo del meollo de todas las mierdas empresariales que ha sufrido este pobre país, Tabacalera, Telefónica... Ah, qué otros nombres me vienen a la pituitaria... Sarasola, Mario Conde, Ruiz Mateos... Ah, qué exquisisto aroma a estiércol de mesa de despacho. Menuda racha llevo, pero como que me siento en la obligación de pintarlos a todos, Goya de mi tiempo, con la de fotos que hay de ellos por esos Google de Dios y tú con los candiles y velones en el ala del sombrero que no tienes, tío sordo con la tableta. Goya, que también era mañico como el perro de arriba. Si fuera por perros... Este tío que acabo de pintar (con el pincel erizado) y yo, que lo acabo de pintar con los pelos ídem, no hablamos en un por ejemplo de perros ni cinco minutos sin que nos tengamos que partir la cara. A esto me refiero.