Para ser un tío con 3.800 millones de euros, Rafael del Pino, arriba, poco ha hecho en su vida para tener menos cara de vampiro. O es que le gusta su aspecto. Aparentar su poquito de Transilvania. Como presidente ejecutivo de Ferrovial, se ve que le van las apariencias. Por mí, si vais a pagar lo mismo de impuestos, cuantas menos posibilidades tenga de ver tu careto por Madrid, te largas cuanto antes a los Países Bajos. Con la mala follá que tienes en la cara, qué dinero tan chungo da una ingeniería de caminos, oye... A saber cuántos bebés han sacrificado en tu honor mientras eras el sobrinito de Calvo Sotelo, el expresidente del Gobierno. Ya veo que la alegría de vivir te viene de familia...
