...Pero me gustaría que algunos lo hayan temido mucho, muchisimo, tanto como para sentir el olor del azufre y el hedor de Satanás, justo antes de palmarla... No debo de tener buen corazón para los malos, parece. ¿O era "no debo tener" buen corazón para los malos?
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar