He pasado un año de mi vida oyendo a mi vecino de habitación en el San Juan Evangelista con "La Polla Records" a todo trapo y no recuerdo haberle llamado la atención nunca: Madrid era también eso... Claro, que Tierno Galván murió también ese mismo año y la cosa empezó a irse al traste. Treinta años más tarde vamos a multar al gamba profesional de arriba, Evaristo, por decir lo que lleva diciendo toda la vida: que somos unos mierdas. La policía también. Piénsese ahora en el chalet de los que "salimos" a la calle a gritar que no nos representaban. ¿Cuánto me puede costar ciscarme en toda la clase política de este país, uno por uno? Voy ahorrando.
